“¡Oh
qué lenguaje tan divino éste para mi propósito!”
(Santa Teresa)
Teresa de Ávila no tiene
fecha de caducidad. Sus textos resultaban frescos en pleno siglo 16 y continúan
siendo potables y fluidos en este tercer milenio que, prodigiosamente, nos toca
en suerte vivir. Santa Teresa transmite una “sensorialidad” que se conecta de
inmediato con el lector a través de pupilas y neuronas, despertando una
sinapsis cómplice aunque no complaciente.
Sus palabras son
emocionadas y luminosas, surfeando en un océano de vehemencia que nos encanta.
El circunloquio se sostiene en el deslumbramiento frecuente que ella testimonia
y comparte con nosotros, lectores lejanos en el tiempo, pero alojados en el
presente continuo que nos obsequia la literatura: ese momento singular que se
dispara cada vez que alguien se asoma a la ventana dadivosa de un libro o
portal web.
Santa Teresa podría haber
sido una ciudadana cabal del tercer milenio. Apenas habría requerido actualizar
ligeramente su lenguaje. Y estoy convencido de que Teresa hubiese utilizado
todos los medios a su alcance para dar fe de sus arrobamientos: sesiones de
chateo en internet, correos electrónicos, blogs y, ¿por qué no?, mensajes en
twitter y facebook.
El 28 de marzo de 2015 se
conmemoran 500 años del nacimiento de Teresa de Ávila, así que disponemos de
suficiente tiempo de calidad para ponernos al día con su vida y con su obra,
que no es otra cosa que un preclaro y sostenido discurso amoroso.
He aquí una antología de
textos de santa Teresa, en versión libre para adaptarse al formato
seleccionado. Confío en que su lectura te resulte jubilosa.
¿Te imaginas recibir en tu
propia red social mensajes de este calibre?
Apenas te hace falta agregar a Teresa de Ávila a tus “contactos” para que te “enlaces” a su buena onda.
Javier
Miranda-Luque
Caracas, 2014